lunes, 14 de septiembre de 2009

LEONARDO TORRES VILAR: "Los artistas tienen mucho ego, desde que eres vanidoso y te haces actor, ya tienes eso"


“Esta obra es un desastre” es el título de la puesta en escena donde el actor Leonardo Torres participa por estos días junto a Renzo Schuller, Javier Echevarria, Ebelin Ortiz por mencionar algunos. La obra nos muestra las locuras y enredos que sufren estos personajes detrás del escenario al tratar de sacar esta obra adelante, así tras bambalinas estén, literalmente, “matándose”.

Nuestro entrevistado nos recibió en ese mismo escenario y nos confesó desde que no disfruto su recordado personaje de “Lechuga” hasta otros detalles su carrera y su vida personal…entérese por qué, disfrute de la entrevista y le recomendamos personalmente la obra que lo mantendrá entretenido y lo hará reír de principio a fin.
Estas haciendo teatro pero también te dedicas a la enseñanza del mismo. Sé que a tus alumnos les recomiendas crecer como persona para luego hacerlo como actor. ¿Cómo creciste tú con ese viaje a Nueva York que duró 8 años?
“Creo que crecí en base a malas experiencias porque, una cosa es ir con estrellas en los ojos, feliz porque vas a estudiar en una buena academia, estás viviendo en Nueva York como turista y estudiante, todo muy lindo pero el verdadero aprendizaje es cuando sales de la academia porque ya no tienes más que hacer ahí y tienes que enfrentarte al mundo, hacer castings, trabajar y buscártela, y lo hice sin duda alguna como lo hace tanta gente”.
Y, ¿Qué tan complicado es hacerlo en nueva York?
“Es: extremadamente complicado. Tanto así que uno se llega a preguntar: ¿Por qué sigue siendo la meca de los actores?, ¿Por qué la gente sigue yendo a Nueva York?. Lo es porque el premio es grande, el problema es que los que participan en la lotería son demasiados. Pero la experiencia de lucharla, no te la da nadie, es lo más importante. Así que en ese plan es como aprendí, viéndomelas y pasándola mal.
Has declarado que en “Gorrión”, actuaste pésimo y que estabas en plan de “Divo”. ¿Cuéntanos por qué?
Claro, tenía 24 años, venía de hacer dos cosas muy exitosas; “Natacha” y “Casado con mi hermano”. Entonces se había hablado de hacer gorrión y que el mejor papel sería el de “Lechuga” y que lo habían reservado para mí. Yo joven y con sólo una novela, difícilmente podía llamarme actor pero así se dio y yo estaba convencidísimo que el protagonista de la novela era “Lechuga”. Evidentemente no lo era estaba escrito de manera muy secundaria respecto al galán que era Christian Meier, entonces a mí eso me fastidiaba bastante, quería resaltar de alguna forma, reclamaba ropa más elegante, lo cual era muy idiota porque era humilde y el galán era rico. Entonces no lo disfrute por esos motivos, aunque el grupo humano era muy bacán. Si retrocediera en el tiempo encontraría la forma de disfrutarlo más, pero fue culpa mía que no ocurrió”.
He leído que tú mismo bromeas con tu egocentrismo y te burlas de tu egolatría porque es tu forma de ser. ¿Crees que todos los artistas tienen un poco de eso, pero lógicamente no es fácil reconocerlo?, ¿Tú cómo lo manejas?
“En general, los artistas, tienen mucho ego todos. Desde que eres vanidoso y te haces actor, ya tienes eso. La diferencia es quien lo expone y quien no, quien lo reprime y quien no. En ese sentido, hago mucho chiste sobre mi propio ego y se me conoce como muy ególatra pero no creo caer mal a la gente que me conoce de cerca. Ahora; te cuentan de lejos que Leonardo es muy creído, entonces ahí caigo mal sin que me conozcan probablemente. Pero ya que no lo puedo evitar me gusta vivirlo…y no tengo problema”.
¿A qué le das más peso al elegir participar en una obra?, ¿Al guión o al elenco?. Me preguntaba: ¿Qué haces si todo es bueno pero el protagonista fue elegido pensando en un rebote mediático más que en su propio talento?
“No lo sé porque no me ha tocado hasta ahora esa situación pero creo que conozco mi lugar en este momento. Ahora me siento en un muy buen lugar en teatro, estoy siendo reconocido, continuamente me llegan ofertas, lo que no significa que mañana me lleguen ofertas, la chamba del actor es así de insegura. Mi vida ahora gira en torno a la enseñanza y el teatro. Enseño en la U. de Lima y también estoy a cargo del conservatorio de formación actoral del Británico, cuando te ponen frente a un proyecto de una institución tan importante, uno se afana a fondo…estoy contento con lo que estoy logrando como profesor y como persona también”.
Tu madre meses antes de fallecer publicitó una biografía escrita por un amigo de ella (Eloy Rosillo) que tuve la oportunidad de leer. Su historia es increíble y muy fuerte: su vida en España donde nació, Guerra, hambre, pobreza, traiciones, abusos y por supuesto mucho teatro. ¿Te impactó su historia o ya la conocías toda?
“Conocía bastante de la historia porque mi madre nos contaba bastante de su niñez, juventud y todo, pero hubo cosas, y no mencionaría cuales, pero eran cosas que yo no sabía. La dedicatoria que mi madre me hizo en el libro fue: “Si te enteras de algo aquí que no te gusta, perdónalo porque soy un ser humano como todos los demás y simplemente quería compartirlo con ustedes, contigo”. Así que si me enteré de cosas pero todo estuvo bien porque por sobre todo, mi madre era una persona admirable. Mucha gente conocía su historia pero ella hizo bien en hacer el libro junto con Eloy Rosillo, fue una chamba entre amigos. El libro es bello, lo tengo en mi mesa de noche además, es importante”.
La obra habla de lo que sucede detrás del escenario. ¿Qué es lo más insólito que te ha sucedido detrás del escenario en plena función?
“En una obra que hice en el 91, tenía 21 años y me tenían que dar un balazo en escena. La pistola era de verdad pero las balas eran de salva. Parece que una de las balas estaba mal hecha y un proyectil de metal salio y me dio en el brazo y hasta ahora tengo la cicatriz. Faltaban 5 minutos para terminar el acto así que; desangrándome de verdad, terminé el acto. El segundo acto no lo hicimos porque me llevaron de emergencia a la clínica.
Permíteme enviarles un saludo a todos los lectores de Gaceta Publicitaria y les garantizo una cosa cuando vengan a ver “Esta obra es un desastre”; y es que se van a reír. Lo importante es que el teatro te haga sentir algo, así que vengan a pasarla bien…es todo lo que digo”.